"INFORMÁTICA EDUCATIVA PARA LAS ESCUELAS RURALES EN CHILE"
Jackeline Eliana Carrasco Álvarez – Chilena
Mauro Andrés Stingo Camus – Chileno
Ernesto Laval Molkenbuhr – Chileno
Instituto de Informática Educativa - Universidad de La Frontera
Temuco – Chile
1 Introducción
"La informática como un recurso de aprendizaje para todas las escuelas de Chile".
La introducción de la informática en las escuelas chilenas, a través de la Red Enlaces del Ministerio de Educación de Chile (Mineduc), se inició en la década del '90 como una propuesta para incorporar, progresivamente, el uso de las tecnologías de la información y comunicaciones en los establecimientos educacionales del país. En la actualidad, el 50% de las escuelas primarias del país y el 100% de los establecimientos de educación secundaria, están conectados a la Red. A partir del año 2000, el Mineduc se ha planteado el desafío de continuar con la expansión progresiva de Enlaces, con miras a lograr la cobertura del 100% de las escuelas del país.
Los establecimientos educacionales que se incorporarán a Enlaces a partir del año 2000 corresponden, en su gran mayoría, a escuelas rurales. Estas escuelas poseen características propias de su condición de ruralidad, lo que abre una serie de desafíos y oportunidades para desarrollar una propuesta de trabajo especial, diseñada para el contexto de la educación rural. Se la ha denominado Enlaces Rural.
Dentro de las características distintivas de las escuelas rurales, además de su realidad geográfica y cultural, está el ser establecimientos pequeños, en su mayoría atendidos por uno, dos o tres profesores, los que trabajan en aulas multigrado. En este contexto, el Ministerio de Educación ha desarrollado, desde 1992, una política educacional de trabajo diferenciado para las escuelas rurales, a través de lo que hoy es el Programa de Educación Básica Rural. Dicho Programa ha propiciado una propuesta educacional completamente distinta a la que existía hace 10 años atrás, promocionando prácticas pedagógicas modernas adecuadas al contexto rural, la provisión de materiales y estructuras organizacionales de apoyo, específicas para la educación rural, y el trabajo colaborativo de los profesores al organizar las escuelas en Microcentros.
En este escenario, Enlaces Rural se ha planteado el propósito de incorporar las tecnologías de la información y comunicaciones como un recurso al servicio del proceso de enseñanza aprendizaje que se desarrolla en el contexto de las escuelas rurales. El presente trabajo presenta esta iniciativa: el escenario en que se desarrolla, la estrategia de capacitación adoptada, los principales desafíos asumidos y las interrogantes que suscitan los supuestos en los que se apoya la propuesta.
2 Educación en Chile, breve panorama
El sistema educativo chileno, durante la década de los noventa y tras la llegada de la democracia, ha sido sometido a un proceso de completa y profunda revisión y transformación. Renovar la educación ha pasado al primer lugar de la agenda pública, generándose amplios consensos, y la inversión en ella se ha incrementado en forma considerable, aún cuando sigue considerándose insuficiente.
El Estado se planteó nuevos y grandes objetivos a través de su Ministerio de Educación, con el objetivo prioritario de “lograr una Educación de Calidad con Equidad”, esto es, mejorar el acceso a una buena educación, concentrando los recursos en los más postergados. Logró grandes consensos y se iniciaron programas focalizados de mejoramiento e innovación pedagógica para las escuelas más pobres y las escuelas rurales, el mejoramiento de la profesión docente, una cartera de financiamiento para proyectos autogestionados, la incorporación de la informática a las escuelas, etc. Producto de este énfasis, la sociedad chilena discute hoy, ampliamente, sobre la educación que quiere. Se expone y debate en torno a nuevos tópicos: centrar las energías en el aprendizaje más que en la enseñanza; lograr un conocimiento que parta del contexto inmediato; "aprender a aprender"; "desarrollar destrezas y competencias antes que la mera acumulación de datos”; "preparar para la vida" y no solo para la universidad; "capacitar para una vida de trabajo", en vez de capacitar para un empleo específico... Estos tópicos se constituyeron en ideas fuerza y comenzaron a aplicarse. En pocos años, se preparó el camino para una Reforma Educacional de proporciones (García-Huidobro 1999).
En 1996, se oficializó el lanzamiento de la nueva Reforma Educativa (Mineduc 1998b), articulada en torno a cuatro ejes:
• Reforma Curricular
• Ampliación del tiempo de permanencia de los alumnos en la escuela (Jornada Escolar Completa Diurna).
• Desarrollo Profesional de los Docentes
• Mantención y articulación de los programas de mejoramiento e innovación.
En esta presentación, partiremos por fijar nuestra atención sobre dos de los programas de mejoramiento e innovación: el programa a cargo de la Educación Rural y el programa de desarrollo de la Red de Informática Educativa en las escuelas de educación primaria y secundaria del país.
2.1 Programa de Educación Básica Rural
A partir de 1992, el Ministerio de Educación focalizó su atención sobre un universo de escuelas que exigía una mayor y más urgente preocupación, a causa de las condiciones de aislamiento en que se encontraban y el evidente déficit educativo que presentaban. Las Escuelas Rurales, atendidas por uno, dos o tres profesores, habían quedado marginadas de los cambios y el desarrollo de la ciudad, debido a su aislamiento geográfico, a la no consideración de las características culturales propias de la comunidad en que se hallan insertas y a una mala distribución de los recursos a nivel nacional. Los docentes presentaban una autoimagen muy deteriorada y el abandono se hacía sentir en la escasez de material pedagógico y el deterioro de la infraestructura. Al mismo tiempo, se hacía evidente la necesidad de una metodología específica, dado que estas escuelas funcionan con “cursos combinados” (varios grados o niveles en una misma sala de clases). Por todo esto, se determinó darles un tratamiento especial que, respetando sus condiciones, les permitiera integrarse a la innovación y al proceso de cambios que estaba protagonizando el país.
El Programa de Educación Básica Rural desarrolló, entonces, una propuesta pedagógica específica para responder a la diversidad cultural, geográfica y étnica que viven los niños y niñas que asisten a estas escuelas (San Miguel 1999), y su principal desafío consistió en generar condiciones igualitarias de calidad, para que los alumnos y alumnas lograran adquirir, efectivamente, los conocimientos y las destrezas consignados en el nuevo currículum que fija los Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios para la enseñanza Básica Chilena, a partir de sus propias necesidades de aprendizaje.
La estrategia de este Programa, actualmente en desarrollo, comenzó por apoyar a los profesores, sus conocimientos y destrezas pedagógicas. Se buscó generar las mejores condiciones posibles para que ellos produjeran innovaciones curriculares efectivas en sus aulas multigrado, al tiempo que se proveyó una fuerte y decidida inversión en infraestructura y equipamiento.
Para ello, se articularon diversas líneas de acción, combinando la dotación de recursos materiales con adecuaciones metodológicas, el diseño de una propuesta curricular, capacitación docente y una organización profesional, llamada "Microcentro".
El Microcentro y las adecuaciones metodológicas están entre las líneas mejor desarrolladas en la práctica pedagógica concreta de los docentes1, dotando de un tinte característico a la educación rural en Chile.
El Microcentro surgió como una forma de superar el aislamiento profesional de los docentes de las escuelas ya descritas. Se define como un núcleo técnico de profesores que se constituye en torno a cercanías geográficas, reuniéndose mensualmente para intercambiar vivencias sobre su quehacer educativo. Los docentes evalúan y se retroalimentan de las experiencias de enseñanza-aprendizaje que se están llevando a cabo en su interior, formulan proyectos de mejoramiento educativo (concursables) y “diseñan –colectivamente- prácticas curriculares relacionadas con las necesidades de aprendizaje de sus alumnos” (Mineduc 1998a).
Las adecuaciones metodológicas apuntaron a intervenir la práctica pedagógica tradicional (frontal), ofreciendo alternativas didácticas centradas en abrir nuevas y mejores oportunidades al niño rural. Se priorizaron “las capacidades de adquirir, utilizar y crear conocimientos; estimular el pensamiento, habilitándolos para la formulación y resolución de problemas y fomentar la creatividad” (Mineduc 1998b). Estas alternativas o adecuaciones incluyeron la diversificación de los espacios educativos, la organización de grupos de alumnos con similares necesidades de aprendizaje, el incentivo de procesos de aprendizaje continuos y permanentes - a través de una pedagogía activa y de ayuda -, la creación de “rincones de aprendizaje” dentro del aula y la contextualización del aprendizaje al medio social, cultural y natural inmediato de los alumnos (Sepúlveda 1995).
Un componente de importancia dentro del éxito alcanzado en estas líneas de acción fue la revitalización de los “Supervisores Técnico - Pedagógicos”, especialmente capacitados para, prestando una asesoría constante, atender a los problemas específicos de cada escuela o Microcentro. Esta Supervisión constituye hoy un proceso de capacitación en la tarea, realizado a
1 “..existe un 71% de los profesores que en alguna medida aplican en el trabajo de aula las orientaciones metodológicas del Programa”, (Mineduc 1998a) pág. 25.
través de visitas periódicas a las escuelas y a una de cada dos reuniones de Microcentro (Mineduc 1998a).
2.2 Proyecto Enlaces
En la búsqueda de “transitar hacia la sociedad del conocimiento en igualdad de oportunidades para sus ciudadanos” (Enlaces 2000), se incluyó en la Reforma Educacional el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC) para todos los niños y jóvenes del país, independientemente de la ubicación geográfica de su escuela básica o secundaria. El proyecto Enlaces fue el encargado de llevar adelante las iniciativas del Ministerio de Educación en torno a la informática educativa (Hepp 1999).
La opción del Ministerio de Educación, a comienzos de los noventa, por incluir las Tecnologías de Información y Comunicaciones en el sistema escolar, se basó en un análisis de la informática a nivel internacional, en la realidad escolar y tecnológica chilena y en los avances y promesas de las tecnologías emergentes, en especial las redes de datos.
El Proyecto Enlaces comenzó oficialmente en 1992, como un Proyecto Piloto con 12 escuelas en Santiago. Al año 2000, el 90% de los estudiantes de Chile cuentan, en su escuela primaria o liceo secundario, con una sala de computación conectada a Internet. Esto es, el 100% de cobertura de la educación secundaria (1.410 establecimientos) y el 50% de las escuelas básicas del país (3.590 escuelas).
Enlaces ha basado su estrategia en la capacitación de profesores (dos a tres años de capacitación, a 20 profesores en cada establecimiento educacional), en una red universitaria de asistencia técnica a los establecimientos (aproximadamente 30 universidades, con casi mil capacitadores, mayoritariamente profesores de aula especialmente capacitados), en la entrega de recursos informáticos (salas de computadores en red) y didácticos (software y contenidos en Internet) relacionados con el nuevo currículum, y en incentivar el desarrollo de proyectos colaborativos y los usos de la tecnología en el aula. En este esfuerzo, el Ministerio de Educación logró un acuerdo con Telefónica CTC Chile, a fines de 1998, para que todas las escuelas urbanas, básicas y secundarias, puedan utilizar Internet en forma absolutamente gratuita. Este acuerdo marcó un hito en Enlaces, abriendo el espectro de servicios y recursos de Internet a la mayor parte del sistema educativo.
3 El nuevo desafío: incorporar la Informática Educativa a la Educación Rural
Incorporar la informática al contexto educativo rural, es un desafío que considera abordar los siguientes aspectos.
3.1 Ampliar la cobertura a todas las escuelas rurales del país
De entre los desafíos de consideración para la educación chilena en el milenio que se inicia, uno que adquiere características relevantes, por su naturaleza y particularidad, es el de ampliar la cobertura de informática educativa a todas las escuelas básicas rurales del país, en el plazo de cinco años (2001-2006). Se trata de proveer equipamiento y capacitación a 3.300 establecimientos pequeños (de 29 alumnos promedio); geográficamente dispersos y alejados de los centros urbanos; a cargo de uno, dos o tres profesores a lo sumo; con aulas integradas por varios niveles en simultáneo (cursos combinados o Multigrado); dentro de un contexto sociocultural propio y particular, caracterizado por la diversidad y los fuertes vínculos con la comunidad y el medioambiente inmediatos.
Este desafío no es menor, si se considera la accidentada geografía nacional sobre la que se extienden los 4.200 kilómetros lineales entre uno y otro extremo del territorio, y la natural variedad etnocultural que caracteriza la vida campesina, poseedora de su propia cosmovisión. El mundo rural en Chile, como en toda la región, se ha caracterizado además, por su histórica marginalidad en el acceso a la tecnología y los recursos.
3.2 Incorporar la informática educativa a la práctica docente, de un modo consistente con la propuesta metodológica del Programa de Educación Básica Rural imperante.
La realidad de la educación rural, como veíamos, fue abordada desde la década pasada por el Ministerio de Educación a través del Programa de Educación Básica Rural, con reconocido éxito. Los docentes rurales adoptaron el Microcentro como su organización profesional natural, y hoy es parte de su cultura habitual reunirse y compartir allí sus problemáticas pedagógicas, administrativas y gremiales, como también lo es participar en jornadas intensivas de capacitación dos veces por año. El multigrado es abordado, con diferentes grados de efectividad, a través de una propuesta metodológica común y con un Aula Rural dotada de textos específicos para el
trabajo de los alumnos, de pequeñas bibliotecas de aula, de material didáctico concreto y de recursos audiovisuales obtenidos a través de los proyectos concursables. Con distintos grados de dominio, hoy se articulan en ella diversas estrategias: rincones de aprendizaje, trabajos colaborativos, diversidad de espacios educativos, integración de la comunidad, aprendizaje por contexto.
En este contexto se prevee que, si los computadores están bien integrados a la práctica de enseñanza multigrado, pueden ayudar a configurar una transformación de ésta, al menos, en los siguientes aspectos (Sepúlveda 2000):
(1) Un cambio en los roles del profesor y de los estudiantes, minimizando el maestro su rol como fuente de información.
(2) Una nueva concepción del rol de la tecnología. No el aparato por sí mismo, sino como parte de un complejo de interacciones con los aprendices, con otros recursos en el aula, con fuentes de información, como herramienta para la producción de textos, como medio tutorial para guiar experiencias, etc.
(3) Una ampliación y facilidad de uso de códigos simbólicos. Una capacidad muy importante de la tecnología propia de los computadores, es su flexibilidad para traducir y manejar diferentes códigos simbólicos. Se intensifica la escritura de textos y el manejo de códigos numéricos, así como de distintas clases de grafos y diagramas. Todo esto amplía las posibilidades de representación de códigos de los usuarios, más allá de los códigos propios de las comunidades locales.
(4) La necesidad de que los profesores provean contextos significativos para las tareas y experiencias de aprendizaje mediadas por computador.
(5) La tecnología genera posibilidades para dar mayor autonomía a los estudiantes en sus tareas de aprendizaje.
(6) La tecnología puede incentivar una mayor responsabilidad por el aprendizaje en una cultura más democrática. La reducción de la necesidad de control por el profesor, hace posible desplazarse hacia una cultura de mayor responsabilidad de los alumnos por su aprendizaje.
La incorporación de la informática a las aulas rurales solo parece eficaz si los docentes se la apropian, como un elemento más de sus prácticas pedagógicas. Un computador en un Aula Rural puede ser un elemento muy novedoso y llamativo. Sin embargo, su asimilación definitiva se asocia más bien a su “invisibilidad” como herramienta, esto es, a su uso en función de los objetivos a alcanzar con los alumnos, dentro de un concierto de recursos disponibles para el diseño de la enseñanza.
3.3 Conectar a la totalidad de las escuelas a Internet, antes del 2006.
La informática tiene, en la conectividad e incorporación a redes, uno de sus brazos más poderosos. Sin embargo, las condiciones de dispersión geográfica y la baja densidad poblacional en que se hallan insertas las escuelas rurales, convierten esta posibilidad en un desafío de grandes dimensiones.
El contexto rural presenta un deficitario acceso a infraestructura de comunicaciones, por tanto no hace posible, por ahora, una expansión de las soluciones técnicas actuales hacia el entorno rural.
En los próximos años se espera una ampliación de cobertura en telefonía rural y que las condiciones técnicas mejoren permitiendo conectividad de datos. El mayor problema pendiente, en este escenario, será de tipo económico por sus altos costos de operación.
Existen alternativas técnicas - como el acceso satelital a Internet - que podrían permitir una conexión permanente a cualquier escuela del país, a costos fijos considerados razonables, en la medida de que se ofrezca un servicio a nivel masivo de puntos, lo que implicaría una iniciativa conjunta de varias instancias gubernamentales como el Ministerio de Telecomunicaciones, el Comité de Modernización del Estado, el Ministerio de Educación y otros.
4 Propuesta de Informática Educativa para la Ruralidad
Vistos los desafíos para incorporar la informática educativa a la educación rural, se creó el programa Enlaces Rural, que surge de la experiencia conjunta, acumulada durante una década de desarrollo, de los programas Enlaces y Educación Básica Rural recién reseñados.
Este programa se inició el año 2000, con un Proyecto Piloto (en marcha) que involucra a dos Microcentros, correspondientes a 15 escuelas rurales en la zona sur del país. En el plazo de 5
años, se incorporará a la totalidad de los Microcentros, conforme a un plan que contempla una distribución nacional progresiva.
La estrategia adoptada para esta llegada de la informática a las aulas rurales de Chile incluye las opciones que se describen a continuación.
4.1 Trabajar con los Microcentros.
Se optó por asumir la natural organización funcional de los docentes rurales en cuanto espacio facilitador de la participación de los profesores en este programa. Las escuelas rurales no se incorporan a Enlaces Rural de manera individual sino agrupadas en Microcentros. Son seleccionadas, invitadas a incorporarse, equipadas, asistidas técnicamente y capacitadas como una sola unidad. De este modo se potencia el trabajo que ya vienen realizando los docentes, se vence su natural aislamiento y la apropiación de la informática se realiza en el marco de un trabajo colaborativo, no distante de su realidad concreta y actual, fortaleciéndose su “comunidad de práctica” (Wenger 1998; Sepúlveda 1999).
4.2 Un rincón informático dentro de cada aula.
Dentro de las innovaciones incorporadas al aula rural, se halla la creación de espacios o rincones de aprendizaje, donde los niños buscan el material que necesitan y trabajan con relativa autonomía. En este escenario, se propone incorporar el computador dentro de la sala, como un recurso de apoyo directo al aprendizaje, conceptualizándolo como “el rincón de aprendizaje interactivo”. El computador no es un “agente” de aprendizaje, sino un recurso más disponible dentro del salón de clases. Ni el más importante, ni el que guía los procesos de aprendizaje, pero sí capaz de potenciar el trabajo colaborativo y diseños de organización de la enseñanza dentro del Aula Rural, que suponen el trabajo simultáneo de los alumnos en distintas actividades (o partes de ellas) con relativa autonomía.
4.3 Asistir técnicamente a cada escuela.
La incorporación de la informática a las escuelas rurales depende, meridianamente, de que los computadores estén operando correctamente. Buenas instalaciones, funcionamiento eficiente de los equipos y programas, y la capacidad de resolver problemas en forma oportuna, son tareas que se encargan a un equipo de ingenieros y técnicos denominado “Soporte”.
4.4 Dotar de recursos de apoyo
Junto a la llegada de los equipos, se prevé la dotación progresiva de programas electrónicos educativos, manuales de uso y cartillas explicativas de estos programas, así como de guías de apoyo para el trabajo educativo a desarrollar con los alumnos.
4.5 Acompañar la práctica pedagógica con capacitación en talleres y visitas en terreno.
Medular dentro de la propuesta es el proceso de capacitación de los docentes. En un plazo determinado (fijado en dos años y medio), se debe atender a los profesores agrupados en Microcentros, habilitándolos para el manejo de los equipos y programas, permitiéndoles reflexionar sobre la llegada de la informática y facilitando su apropiación como un recurso propio y natural. Siendo este proceso un eje central de la propuesta, será descrito con mayor detalle en los puntos siguientes.
5 Propuesta de Acompañamiento
Clave, en la estrategia de Enlaces Rural, es la propuesta de capacitación a los docentes de las escuelas que se incorporan al programa. En sus líneas centrales, esta capacitación se ha definido como un proceso de acompañamiento pedagógico y técnico que se brinda a los profesores, en los espacios naturales de reflexión y ejercicio de sus prácticas pedagógicas. Se habla de “Acompañamiento”, por tratarse de un proceso en el cual se apoya la práctica de los docentes, por un determinado período de tiempo, mediante la ayuda de profesionales que tienen mayor maestría en el uso educativo de informática.
El proceso de Acompañamiento persigue, como objetivo central, facilitar la incorporación de la informática al Aula Multigrado y su apropiación como un recurso al servicio de las prácticas pedagógicas de los docentes, en el marco de la propuesta educativa del Programa Básica Rural.
Para ello, se hace necesario inducir a los profesores a la reflexión crítica sobre el uso de la informática, profundizar en contenidos educativos (tanto metodológicos como informáticos) y proponer y desarrollar actividades de aplicación en el aula, al tiempo que se los habilita en el manejo, a nivel de usuario, de los equipos, sistema y programas computacionales básicos instalados en sus escuelas.
2 Dentro del proceso de Acompañamiento, se entiende que el aprendizaje no se localiza en “la cabeza de los docentes” sino que surge de los procesos de coparticipación que tienen lugar en las prácticas en que están involucrados. Los ‘aprendices’ no adquieren un cuerpo discreto de conocimiento abstracto que llevar y aplicar posteriormente a otro contexto, sino que adquieren una habilidad de desempeño tras involucrarse en una participación activa, reflexiva y crítica al interior de su grupo, sobre su quehacer y la nueva herramienta que les llega (Sepúlveda 1996).
5.1 Acompañamiento en la práctica
El contenido central de este proceso de Acompañamiento es la aplicación de actividades con informática, en cada aula multigrado, según modelos de organización de la enseñanza. Estas actividades prediseñadas son aportadas por un capacitador (llamado “Facilitador”), las que se reflexionan y adecuan en las reuniones de Microcentro, para su aplicación en cada Aula durante el período que media entre una reunión y otra (uno o dos meses). Dentro de este período, cada docente recibe en su sala de clases la visita del Facilitador, junto al que realiza la actividad pedagógica rediseñada en el Microcentro -que incluye el uso de informática como uno de sus componentes-, en la que trabajan colaborativamente.
La aplicación de estas actividades con informática para el multigrado debe progresar desde un modelaje medianamente dirigido (propuesto en la sesión de Microcentro y desarrollado en la escuela por cada docente, con el apoyo del Facilitador, en las visitas mes a mes), hacia una adecuación de la actividad, mediante la crítica de la misma para su optimización, y – hacia el final del proceso -, el diseño de estas actividades por los propios docentes2. Ello conduce a que, en cada reunión de Microcentro, el tiempo destinado a Enlaces Rural apele a la realidad de “comunidad de aprendizaje” que esta organización guarda en su perfil e ideario.
Esta aplicación de actividades debe ir acompañada, en simultáneo, de una reflexión crítica sobre ellas mismas (las actividades propuestas), sobre las propias prácticas pedagógicas y sobre temas vinculados a la apropiación y uso de la tecnología en el medio rural, por cuanto el aprendizaje no se entenderá eficaz si no se incorpora en un ámbito que tenga sentido para los participantes y concordancia con sus necesidades e intereses.
Por otra parte, estas actividades con informática para el multigrado deben ser entregadas de manera secuenciada y progresiva, en un proceso que contemple los sucesivos niveles de dominio de los profesores en el manejo informático. Esto es, deben contemplar el grado de manejo informático que efectivamente poseen al inicio, así como los distintos estadios de complejidad que vayan alcanzando a lo largo de su habilitación: desde modelos de trabajo que incluyen el uso de informática básica en el Aula Multigrado (navegación de software, manejo del sistema
operativo) a los modelos que incluyan usos más avanzados (herramientas de cálculo, presentaciones, Internet o páginas web).
5.2 Habilitación Tecnológica básica
Los docentes que no tengan una capacitación o dominio informático anterior a la llegada de Enlaces Rural a sus escuelas, pueden alcanzar estos sucesivos estadios de complejidad (en el manejo de la informática) a partir de talleres presenciales intensivos. Estos talleres tienen un carácter “propedéutico” o de apresto, por tratarse de un contenido necesario, previo al trabajo de incorporación de la informática al aula multigrado. En ellos se busca, por una parte, facilitar un primer encuentro “amigable” de los docentes con la computación, creando experiencias de logro que funden seguridad y confianza en quienes se enfrentan por primera vez a ella y, por otra, potenciar al máximo las competencias preexistentes de los que ya poseen experiencia en el área, a través de un diseño que reconozca y valide dicha experiencia, permitiendo aprovecharla a favor de los principiantes, al tiempo que se les ofrece la posibilidad de profundizar en nuevos contenidos pertinentes a su nivel de dominio.
Estos talleres se realizan fuera de su ámbito de práctica, en un laboratorio con equipos e infraestructura adecuados para atender, a lo menos, a la totalidad de los docentes del Microcentro, en cuatro períodos intensivos (de entre dos a tres días cada uno), dentro de los primeros doce meses de su incorporación.
Se busca que el diseño de los talleres sea consistente con las actividades y modelos que se pretende desarrollar en el Aula Multigrado: el estilo y método de participación de los profesores en ellos debe ser vivenciado como una clara señal de lo que se busca que suceda en las Escuelas Rurales. Por ejemplo, si el primer taller abre el proceso de Acompañamiento, es oportuno estructurarlo de manera que permita sentar las bases de lo que será la relación entre los docentes y la informática como herramienta al servicio de sus prácticas pedagógicas. Se pone un especial énfasis, entonces, en el “sentido pedagógico” de cada aprendizaje, evitando enseñar procedimientos informáticos “a secas”, sin un diseño que permita contextualizar los “para qué”, “cómo” y “por qué” de cada aprendizaje, dentro de la realidad educativa en que serán aplicados.
6 Discusión
El uso de informática en Educación es un tipo de experiencia sobre la que hay escasa literatura y poca investigación. La informática no aparece como un recurso incorporado, a nivel masivo, en los sistemas educacionales en sectores rurales, por lo que es difícil encontrar modelos y prácticas que orienten la implementación de este Programa.
Dentro del modelo que presentamos, esta experiencia implica una serie de desafíos. En primer lugar, lograr el desarrollo de actividades para el aula multigrado, realmente pertinentes y útiles a los ojos de los docentes rurales y que permitan su discusión, adecuación o reconstrucción, demanda una red de profesionales y académicos abocados a estudiar y “sintonizar” con las necesidades de la educación rural. Este desafío no es menor si consideramos la novedad del tema y la marginalidad característica del sector rural.
Por otra parte, el modelo reseñado trabaja bajo ciertos supuestos, que se pondrán a prueba al momento de su aplicación masiva.
• Tras la capacitación y el apoyo aportados por el programa de Educación Básica Rural, este modelo supone que los Microcentros funcionan periódicamente y con un sentido de “comunidad de aprendizaje”. Sin esta fortaleza, será difícil concretar los tiempos de reflexión y trabajo metodológico conjunto en los que se basa buena parte del diseño de acompañamiento en terreno.
• Por su parte, el segundo pilar del acompañamiento en terreno supone que los Facilitadores podrán llegar a las escuelas, en forma periódica, a pesar de las distancias y difíciles condiciones de acceso en que se encuentran muchas de ellas. La inaccesibilidad temporal de algunas escuelas exigirá propuestas creativas que se adelanten a esta situación, evitando que se convierta en un “problema” determinante que amenace el logro de los objetivos.
• También se supone, respecto de la Habilitación Tecnológica básica, que con cuatro talleres intensivos de dos días cada uno, los docentes alcanzarán el manejo mínimo requerido para trabajar con relativa autonomía en sus escuelas. La distancia de los centros proveedores de capacitación y soporte hace difícil brindar un apoyo oportuno al maestro que no alcance las habilidades necesarias para el funcionamiento de los programas y
equipos. Es probable que, de presentarse esta situación, se requiera buscar otros apoyo a nivel de la comunidad o articular algún tipo de medidas remediales como talleres especiales o capacitaciones focalizadas para estos docentes.
• También es un supuesto, a probarse durante la aplicación del programa, que una visita al mes de cada Facilitador es suficiente para estimular y orientar el trabajo autónomo de los docentes con el recurso informático incorporado a su práctica pedagógica. Se espera, que el refuerzo adicional que significa contar con todos los docentes del Microcentro involucrados y el apoyo técnico del Supervisor del Programa de Educación Básica Rural correspondiente, acompañen efectivamente las visitas del Facilitador. De lo contrario habría que pensar, por ejemplo, en soluciones como videos instruccionales o, tomando como base el sistema de educación a distancia crear alguna modalidad de soporte pedagógico.
Está por verse el efecto que este recurso, puesto en escuelas alejadas, de los centros urbanos, pueda tener en la comunidad rural aledaña a la escuela. De por sí ya es una particularidad el hecho de contar con recursos de alto costo en sectores acostumbrados a la escasez de medios tecnológicos, lo que induce a pensar en el probable aumento de intentos de robo y robos en las escuelas cuando el programa se masifique. Por otra parte, la reacción de los padres y los usos alternativos de los equipos en comunidades pequeñas, son áreas abiertas a una investigación detallada y profunda.
En este mismo ámbito (escuela y comunidad), en Chile se está comenzando a desarrollar ya un programa de “Telecentros Comunitarios”, que provee el servicio de consultas a Internet y publicación de informaciones locales en localidades rurales. No está lejos el momento en que se deba coordinar el acceso a la red de las escuelas rurales con la provisión de este servicio a los adultos y jóvenes de la comunidad. El tema de la vinculación “escuela - comunidad”, adquirirá urgencia para ambas iniciativas (Telecentros y Enlaces Rural).
Mirar hacia la comunidad que rodea a la Escuela, nos enfrenta a la problemática de los modos de intervención de la cultura “oficial”, centralista y cosmopolita las más de las veces, en los sectores periféricos y sus modos culturales propios. Queda planteada la interrogante acerca del tipo de intervención que se deba intencionar si se pretende fortalecer la identidad local y la autonomía,
evitando contribuir a la pérdida de sentido, a la desvalorización de lo propio, a la llegada de modos y costumbres invasivas, entre otras. Encontrar modos de apropiación que impliquen el “dominio” del recurso por los usuarios, para sus propios y genuinos intereses, es un desafío de este encuentro cultural. La llegada de las comunicaciones plantea el hacer de Internet una “ventana al mundo”. Esta mirada puede no ser tan interesante si se considera que a través de ella “los pobres podrían asomarse a mirar la abundancia de los desarrollados”. De mayor impacto en el desarrollo de las comunidades puede ser, complementariamente, la posibilidad de aprovechar este recurso para crear pequeñas “vitrinas locales” en las que la variedad y diversidad cultural de las comunidades rurales, y sus potencialidades, se muestra ante sí mismas, los vecinos inmediatos y el mundo.
Se espera que el seguimiento y evaluación que se haga del Proyecto Piloto de Enlaces Rural, así como de la expansión de este Programa a nivel nacional, abra oportunidades de investigación y búsqueda de respuestas a las múltiples interrogantes que plantea la introducción de la informática al medio rural, de manera masiva a través de las Escuelas Multigrado. Del análisis y reflexión de estos resultados dependerá que la llegada y manejo de esta tecnología constituya un aporte pertinente, apropiado y potenciador del autodesarrollo de sus destinatarios.
7 Referencias
Enlaces, R. (2000). Portal Enlaces, Mineduc., http://www.enlaces.cl/.
García-Huidobro, J. E., Ed. (1999). La Reforma Educacional Chilena. Madrid, Editorial Popular.
Hepp, P. (1999). Enlaces: Todo un mundo para los niños y jóvenes de Chile. La Reforma Educacional Chilena. J. E. García-Huidobro. Madrid, Editorial Popular: 289-304.
Mineduc (1998a). Evaluación del Programa Educación Básica Rural 1992-1998. Santiago, Ministerio de Educación.
Mineduc (1998b). Reforma en marcha: buena educación para todos. Santiago - Chile, Mineduc.
San Miguel, J. (1999). Programa de Educación Básica Rural. La Reforma Educacional Chilena. J. E. García-Huidobro. Madrid, Editorial Popular.
Sepulveda, G. (1995). Manual de Desarrollo Curricular para Escuelas Multigrado. Santiago, Ministerio de Educación.
Sepúlveda, G. (1996). Diseño Participativo y Microcentros. Documento de trabajo no publicado.
Sepúlveda, G. (1999). Desafíos Pedagógicos de la Educación Rural. Encuentro de Educación Rural. Situación y Desafíos en América Latina. MINEDUC. Chile, Mineduc.
Sepúlveda, G. (2000). Oportunidades y riesgos de la incorporación de la información a la escuela rural. Esquema de discusión. Documento de trabajo no publicado.
Wenger, E. (1998). Communities of practice : learning, meaning, and identity. Cambridge, Cambridge University Press.
Friday, April 06, 2012
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